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Foto del escritorAlto al Secuestro

Carta de Cristina Ríos, víctima de Israel Vallarta a la opinión Pública

En 2008 se publicó una carta abierta de Cristina Ríos Valladares en la cual denuncia a Florence Cassez e Israel Vallarta como parte de la banda de secuestradores que la tuvo cautiva a durante 52 tortuosos días. En esta carta describe su indignación al enterarse que Florence realizaba una campaña mediática y política declarándose inocente.


Hoy su carta vuelve a tomar relevancia, pues Israel Vallarta busca su libertad a pesar de las pruebas y declaraciones en su contra.


Aquí el texto íntegro de la carta de Cristina como fue publicada hace 12 años.



A la opinión pública:

Mi nombre es Cristina Ríos Valladares y fui víctima de un secuestro, junto con mi esposo Raúl (liberado a las horas siguientes para conseguir el rescate) y mi hijo de entonces 11 años de edad.


Desde ese día nuestra vida cambió totalmente. Hoy padecemos un exilio forzado por el miedo y la inseguridad. Mi familia está rota. Es indescriptible lo que mi hijo y yo vivimos del 19 de octubre de 2005 al 9 de diciembre del mismo año. Fueron 52 días de cautiverio en los que fui víctima de abuso sexual y, los tres, de tortura psicológica.


El 9 de diciembre fuimos liberados en un operativo de la Agencia Federal de Investigación (AFI). Acusados de nuestro secuestro fueron detenidos Israel Vallarta y Florence Cassez, esta última de origen francés, quien ahora se presenta como víctima de mi caso y no como cómplice del mismo.


Desde nuestra liberación, mi familia y yo vivimos en el extranjero. No podemos regresar por miedo, pues el resto de la banda no ha sido detenida. Hasta nuestro refugio, pues no se puede llamar hogar a un lugar en el que hemos sido forzados (por la inseguridad) a vivir, nos llega la noticia de la sentencia de 96 años a la que ha sido merecedora Florence Cassez, la misma mujer cuya voz escuché innumerables ocasiones durante mi cautiverio… la misma voz de origen francés que me taladra hasta hoy los oídos, la misma voz que mi hijo reconoce como la de la mujer que le sacó sangre para enviarla a mi esposo, junto a una oreja que le harían creer que pertenecía al niño.


Ahora escucho que Florence clama justicia y grita su inocencia. Y yo en sus gritos escucho la voz de la mujer que, celosa e iracunda, gritó a Israel Vallarta, su novio y líder de la banda, que si volvía a meterse conmigo (entró sorpresivamente al cuarto y vio cuando me vejaba) se desquitaría en mi persona.


Florence narra el calvario de la cárcel, pero desde el penal ve a su familia, hace llamadas telefónicas, concede entrevistas de prensa y no teme cada segundo por su vida. No detallaré lo que es el verdadero infierno, es decir, el secuestro. Ni mi familia ni yo tenemos ánimo ni fuerzas para hacer una campaña mediática, diplomática y política (como la que ella y su familia están realizando) para lograr que el gobierno francés y la prensa nacional e internacional escuchen la otra versión, es decir, la palabra de las víctimas de la banda a la que pertenece la señora Cassez. Pero no deja de estremecernos la idea de que Florence, secuestradora y no sólo novia de un secuestrador (con el que vivía en el mismo rancho y durante el mismo tiempo en el que permanecimos mi hijo y yo en cautiverio), ahora aparezca como víctima y luche por que se modifique su sentencia. Si lo logra o no, no nos corresponde a nosotros, aunque no deja de lastimarnos.


Esta carta es sólo un desahogo. El caso está en las manos de la justicia mexicana. No volveremos a hacer nada público ni daremos entrevistas de prensa ni de cualquier otra índole (nuestra indignación nos ha llevado a conceder algunas), pues nuestra energía está y estará puesta en cuidar la integridad de la familia y en recuperarnos del daño que nos hicieron. El nuevo vigor que cobró la interpelación de la sentenciada y el ruido mediático a su alrededor vuelve a ponernos en riesgo.


Gracias por su atención.

Cristina Ríos Valladares


Mientras los acusados por secuestro se victimizan por estar en la cárcel, se pueden dar el lujo de hacer campañas mediáticas y políticas, pero las víctimas viven en el exilio y no pueden hacer más que esperar que el tiempo reduzca sus heridas, sabiendo que no recibirán justicia.


Hacemos un llamado al gobierno para que protejan a las víctimas y no den impunidad a los criminales. Si la violencia ya lacera nuestro país, no dejemos que muera la justicia.


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Es lamentable como los periodistas con sus estúpidas fantasías en donde ellos son los primeros en exigir informar a la opinión publica para los efectos de que estén debidamente enterados de situaciones como esta de alta peligrosidad y que al no ser alguno de estos periodista los protagonistas principales y ser otros de su mismo gremio, acaben y sepulten en aras de su estúpido egoísmo e intereses personales, el eje central de la problemática, en el que hubo unas victimas secuestradas y estuvieron detenidos los secuestradores y que por un afán protagónico pareciera que lo mas importante es su estúpida mala nota de como se transmitió la noticia... y lo peor que gente sin escrúpulos e intereses personales políticos com…

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